viernes, 5 de septiembre de 2003

Ensayo: la rutina/no-rutina - Cap I de qué cosa????

Capítulo I: La No-Rutina.



Conmigo la rutina no existe.

Nunca me levanto a la misma hora dos mañanas seguidas. Nunca desayuno lo mismo (si bien tengo algunos combos favoritos predeterminados), nunca de la misma manera: a veces parada, a veces sentada, a veces todavía medio acostada en la cama, en la cocina, en el pasillo, en el baño, caminando por toda la casa.

Nunca me visto de la misma manera, nunca estoy del mismo humor.

Cuidado: mi caso no es el de cierto grupo de personas que jamás se cuidan de cumplir con compromisos previos, o de regar una planta una vez por mes para que no se les muera, o de sacar a pasear al perro para que no haga sus necesidades adentro.

Lo mío no es inconstancia. Mi no-rutinaria vida no afecta las rutinarias vidas de los otros.

Que se entienda.

Además, este grupo de personas que además suelen ufanarse de sus no-rutinas, en realidad *tienen* una rutina: la de nunca asistir a compromisos fijados con anterioridad, jamás regar las plantas, nunca sacar a pasear al perro.

...

Bueno, es cierto que pocos podrían comprender para qué tienen un perro si lo van a tratar de esa manera.

Lo mismo con la planta, lo mismo con las relaciones con los otros; con quienes se dedican a establecer compromisos con cierta anticipación, con el expreso fin de no cumplirlos luego.

No me incumbe dilucidar estos misterios; si bien creo que se trata, justamente, de una rutina perfectamente intencionada y hasta masterizada, que muestran al público general para que éste piense en lo volados y copados que deben ser. En la vida tan interesante que deben llevar, que no se acuerdan ni de pasear al perro, porque están tan ocupados...

Volviendo al tema que me compete, tampoco es algo que uno diga “qué maravilloso!”.

No porque no lo sea de por si, sino porque nadie soporta la falta de una rutina; y si bien yo vivo feliz con la mía -mi falta-, la gente tiende a sentirse amenazada o confundida cuando no sabe a qué hora me puede llegar a encontrar en casa, o si resulta que llaman por teléfono a las dos de la tarde y yo recién acabo de acostarme a dormir luego de tres días de vigilia.

(Y les atiendo con una sonrisa en la voz, cosa que no logran comprender ni un poco.)


---

continuaré...

1ra. revisión: Friday, Sept. 05, 2003, 22:21 hs.

No hay comentarios: