jueves, 11 de marzo de 2004

crónicas marcianas

redactado el jueves 6 de febrero de 2004.
al día de la fecha, aguas corrieron bajo el puente.



el poder se da vuelta como una tortilla, dice Juan escultor, coleccionista de años y locas ideas.

el poder en una relación, lo tiene uno, lo tiene el otro... nunca está claro. no importa, no existe. es relativo; ergo, no es.

el miércoles entre las 19 y las 21:30 hs., el poder volvió a estar en mis lánguidas manos, después de casi siete meses.

porque, el poder había estado en mi palma el 8 de julio; cuando juan domingo pensaba, dudaba, temía, se entregaba, daba, hacía, corría.

cocinaba omelettes cuidadosamente servidos en platos primorosamente adornados con pan de ajo, y todas esas cosas.

ahora no cocinaba, y necesitaba el límite seguro de la pared al lado de la mesa de bar, y las manos ocupadas en un cigarrillo o en una figurita de origami; como firu necesita enroscar sus enormes patas en la pata del tablero para poder dormir, y Juan necesita ponerse el brazo sobre la cara, y tocar la pared con los dedos...

(y firu es firu, el perro que Juan se compró y eligió porque era un macho alpha y era blanco, y saldría mejor en las fotos; no es apu, el perro que a juan le tocó y que le tocó porque lo heredó junto con una almohada y un edredón.)

(durante todo el otro tiempo, el poder tomose vacaciones; y no se supo qué pasó. yo solo palpé el amargo resultado de su ausencia.)

juan tenía miedo de que le grite. juan estaba dispuesto a cambiar lo que fuera necesario, lo que fuese que me molestara, lo que me hubiera hecho dejarlo. todo lo que que estuviese en su capacidad de acción; y un poco más también.

en la vida de juan, dice, dejé un hueco que no prentenderá nunca ni sabría cómo tapar o cubrir.
no existe otra persona que haga con él esas cosas que hacíamos juntos (aunque no sea precisamente curar el hambre en el mundo), y no querría que exista. la conexión que siente que tenemos, la tenemos nosotros dos.
únicamente nosotros dos.
dejarme ir con una sensación en el estómago de que no iba a volver a verme nunca más en su vida fue un acto de fe, dice. de la fe que no tiene, tuvo ni tendrá, dice.

a mi me sonó a concierto.
a mi yo me soné a concierto.

a juan, Juan le causa celos. también le causan celos emilio, gerardo, damián, hernán, fabián, diego, etcétera.

ni juan ni melina pensaron nunca en decir las cosas claramente como las sentían. melina no lo pensó porque el juego era entretenido, excitante, a veces cachondo, a veces puro e inocente, generalmente el mejor refugio para eso otro que no tenía intenciones de comenzar siquiera a destramar para luego quzás resolver.

juan no lo pensó, supone melina, porque tal vez nunca se detuvo realmente a considerarlo.

(me pregunto cuánto tiempo y qué otras medidas extremas serán necesarias como para que juan se detenga alguna siguiente vez a pensar...)

pero en realidad, juan siempre le decía a melina que él no estaba jugando, y melina no lo escuchaba porque no lo quería escuchar.
entretanto, melina siempre le contaba a juan de aquello que estaba afuera y la amenazaba con el no-ser, y juan no la escuchaba -quizás- porque melina solía jugar. o no sé. o porque si. o porque no. o no sé.

hoy melina y juan o juan y melina, no existen.
hoy existe melina.
hoy existe juan.
hoy existe Juan, y emilio, y gerardo, y hernán, y damián, y fabián, y diego, y matías; y también existen laura, y sol, y natalia, y romina, y andrea y quien sea que es o que venga a ser.

un día, quizás, juan y melina vuelvan a existir. o tal vez melina y juan.
dependerá de quién tenga el poder en ese momento; de quién llame y quién no, y de quién sea el desarmador y quién el desarmado que se pierde en el subte y se tropieza con un baldosón en el camino a la casa azul y vitreaux de Juan.

que si yo pudiera elegir?
me gustaría que juan y melina descansen en paz.
sea que se reencuentren para ser dos adultos amigos, sea que no se vean la cara nunca más, o sea que decidan que en realidad eran los amores de sus vidas (porque, cuántas veces puede uno encontrar a su alma gemela en el transcurso de una vida? cuántas veces está uno dispuesto a jugarse el todo por el todo con el expreso fin de perderla?), lo único que me gustaría es que puedan ser en paz.

después se verá.
el tiempo arregla las cosas.

y como dice Juan, después de todo el amor es una mierda.