martes, 26 de agosto de 2003

De-volver

Las lagunas en las conversaciones (aún lagunas llenas de palabras) son una de las cosas más tristes que puede haber.

Es como hacer de cuenta que estás, cuando en realidad te fuiste.

Es decir, todos se fueron.

Me quedaba un último vínculo vivo, pero resultó ser de plástico, también.

Yo lo único que pretendía era no asfixiarlo... pero el plástico no respira, así que todos mis intentos eran en vano.

No quería asfixiarlo, ni quería correrme como siempre; tanto que después nos adormezcamos y ya no me quede nada de nada de nada que decir ni hacer...

(No creía que se lo mereciera, como tampoco se lo merecieron todos.)

(Después me corrí y acá estoy.)

Con nada - no tener - no está bien porque no es feliz.

No se puede ser feliz mientras se duerme.

Si se duerme, no se está despierto, no? Y si no se está despierto, lo que los sentidos capten será solo una ilusión. No?

Solamente la idea de que los sentidos captan.

No la captación en si.

No lo captado.

No es sentir con tus sentidos; es soñar que sentís, y no necesariamente el sueño es algo hermoso.

No siempre, quiero decir.

Los sueños están bien para algunas cosas... el adormecimiento se me antoja falsedad en cinemascope.

Prefiero que pinche, que duela, que corte, antes que anestesiarme para toda la vida y perderme de la adrenalina.

Quiero relaciones vivas.

Quiero excitación.

Quiero movimiento.

Quiero mariposas en el estómago cuando suena el teléfono; quiero que los minutos perdidos sean minutos ganados hacia el momento del choque entre el encuentro y yo.

Quiero que lo que escribo sea menos cursi, menos barato, menos estúpido.

Quiero escribir.

(Punto.)

Tengo miedo en algún lugar, porque me estoy empezando a enojar con aquellos todos y con los otros todos, y el enojo es miedo... el enojo siempre es miedo...

Basta de juicios, basta de ideas, basta de todo.

Quizás adormecerme sea la respuesta.

Quizás no tengo coraje para gritar en voz alta que me quiero despertar, que quiero que se despierten, porque tengo miedo de que esta teoría sea solamente una teoría (tengo miedo porque casi seguro que es así), y que si grito -de nuevo- no pase nada -de nuevo-, y que tenga que aceptar que ya no sé, no sé que pasa no sé qué o para qué y que espero que se acabe que me salven que me cuiden que me acepten que me rieguen porque quiero vivir pero no quiero tener que elegir constantemente entre lo que está bien y lo que está mal porque esto me tocó y juego el juego que me asusta y que apesta y buena suerte en todo lo que hagas que seguro que te va a ir bien porque te quiero y prefiero el rol de mártir mesias que el rol de la que hace produce genera productos tangibles con significados color púrpura que son mucho más que las ideas que se vierten desde mi cabeza por mi oreja hasta tu boca.

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